Mi nombre es Javier y soy uruguayo. Trabajé 10 años como programador web organizando congresos por varios países de América Latina, hasta que llegó la pandemia y la vida cambió. Estaba desempleado y necesitaba trabajar. El 2 de abril de 2020, la población mundial se encontraba en cuarentena, con la incógnita de no saber qué estaba sucediendo, y yo abría las puertas de un negocio; un lavadero de ropa. En paralelo, la vida continuaba y tenía mi crush en Facebook, con quien desde hacía unos meses teníamos un ida y vuelta de “me gusta” y “me encanta”, que me cambiaban el ánimo. Salomé es de Buenos Aires y no sé por qué la tenía en mi lista de amigos. No teníamos a nadie conocido en común. A fines de abril, ya con el lavadero funcionando, me llené de valor y le escribí. Conectamos muy bien y nos quedamos hasta las cuatro de la mañana chateando. Nos despedimos, pero con la promesa de darnos los buenos días. Así pasaban las jornadas, y día a día comenzamos a contarnos nuestras historias de vida. Las fronteras estaban cerradas, por lo que no podíamos cruzar el Río de la Plata para conocernos personalmente. El invierno se hizo largo, hasta que la primavera trajo buenas noticias y por fin pude “cruzar el charco”. Tras mi regreso a Montevideo, la relación a distancia había que complementarla pasando tiempo juntos. Fue entonces cuando me surgió la idea de crear el juego.
Le comenté mi ocurrencia, y comenzamos a diseñar las fichas y las hojas para jugarlo. Fuimos amoldando las reglas sobre la marcha, y nos dimos cuenta de que a través de él, habíamos encontrado una divertida forma de seguir contándonos pequeñas historias personales, en cada partida. Por la mañana elegíamos un tema, y teníamos todo el día para pensar con qué historia íbamos a jugar esa noche. Las videollamadas se hacían muy divertidas, pasábamos un rato “juntos”, y al finalizar nos comentábamos la historia que acompañaba la frase con la que habíamos jugado. Perdimos la cuenta del marcador, pero hace unos días me volvió a ganar y me contó de que cuando ella era chica, compraron golosinas para revender con su hermana, pero como era la hora de siesta y no pasó nadie, se las comieron ellas 🙂
SALOMÉ es un juego para dos participantes que utiliza como materia prima, las historias; en él se combinan la creatividad, el azar y la deducción.
Puede jugarse a distancia a través de una videollamada, o como cualquier otro juego de mesa.
El objetivo es descubrir letra a letra la frase que nuestro adversario ha elegido sobre el tema propuesto, el ganador será aquel que descubra primero dicha frase.
Nos lanzamos al público a fines de diciembre de 2021, con el juego disponible para descargar en formato Print and Play, la apertura de nuestras redes sociales y la edición en caja, que se distribuye en todo Uruguay y Argentina.
Llegado el momento me pregunto ¿cuál es el verdadero motivo de compartir el juego? Y es aquí donde creo que lo importante es el valor de narrar las historias ¿Por qué las necesitamos y qué sacamos de ellas? Creer que hay valores universales del bien en el mundo que todavía existen, que si bien están sujetos a nuestros caprichos, podemos encontrar en ellos, la fantasía de una total libertad; y aunque en todas las tierras el amor ahora se mezcla con el dolor, quizás sea mayor el amor.
Dedicado a J. R. R. Tolkien
Gracias y ¡qué disfruten del juego!
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2 comentarios
Julián · 4 de mayo de 2022 a las 18:17
Me encanto la historia y el posterior nacimiento del proyecto. los felicito !!
Salomé Historias en juego · 4 de mayo de 2022 a las 23:18
Gracias Julián!